¿Qué es un libro?

Los libros son objetos, cosas, artefactos de aspecto diverso, a los que hemos conferido muchos y variados sentidos.

La imagen más generalizada que nos evoca la palabra "libro" coincide con las definiciones más ortodoxas: la RAE dice que un libro es un "[c]onjunto de muchas hojas de papel u otro material semejante que, encuadernadas, forman un volumen", y un volumen es un "[c]uerpo material de un libro encuadernado, ya contenga la obra completa, o uno o más tomos de ella, o ya lo constituyan dos o más escritos diferentes", y encuadernar es "juntar, unir, coser varios pliegos o cuadernos y ponerles cubiertas"; y un tomo..., y un escrito..., y los pliegos..., y los cuadernos..., y las cubiertas, (por cierto, encuadernar según la RAE, en algún momento más librofilo que el presente, significó: "[u]nir y ajustar voluntades, afectos, etc."). Hay definiciones voluntariosas ("recomendaciones normativas") como la de Unesco: "[s]e entiende por libro una publicación impresa no periódica que consta como mínimo de 49 páginas, sin contar las de cubierta, editada en el país y puesta a disposición del público".

Ya, un libro es un libro. Y un diccionario de definiciones, como el que edita la RAE, es un libro. No parece que por aquí podamos salir del circulo vicioso. Como siempre, las definiciones sirven para indefinir y lo que se pretende aclarado queda muy opaco.

Esto:


o algo parecido, es lo que imaginamos cuando pensamos en un libro, (el título que se lo ponga cada uno).


Volvamos, pues, al principio. Si un libro es un artefacto, una construcción humana, un producto de la tecnología, será que tiene alguna función, una "razón de ser". A nadie se le ocurre inventar algo tan complejo como un libro, solo para calzar la pata de una mesa que cojea. Entonces, ¿para qué sirven los libros?.

Se hace necesario, para responder a esta pregunta, echar un vistazo a la historia del libro (📚 🔗). Su nacimiento se puede situar en medio de ese proceso de la humanidad, que se ha llamado paso de la oralidad a la escritura. Un proceso que ya en la Grecia clásica, generó un debate de resonancias filosóficas en el que no vamos a entrar aquí. Antes permitaseme llevar el agua al molino de la antropología, me interesa en concreto la función de transmisión de la cultura de generación en generación, que ha jugado el fenómeno del libro, y, me interesan sus implicaciones en la evolución cultural que nos ha traído hasta esta civilización en la que vivimos. Dicho deprisa: el libro nace en el momento en que alguien descubre que tiene mala memoria y decide apuntarse las cosas para no olvidarlas. Para ello necesita inventar un "código gráfico", (signos pintados o grabados por ejemplo), que sea comprensible y del que no se olvide facilmente, (recordemos lo de la mala memoria), y ponerlo en algún soporte. Si una persona entiende ese código lo pueden entender varias con lo que la memoria que se va ha reforzar es la colectiva. Es la escritura. Por eso lo del paso de la oralidad a la escritura.

La escritura, el alfabeto, es mucho más práctica, es más eficaz para transmitir, comunicar, información que las canciones o los poemas memorizados. El lenguaje escrito es estable y, a la vez, es flexible. Permanece y se actualiza como el lenguaje hablado, pero en la escritura no se pierden, (olvidan), ni se modifican, (manipulan por interés o por azar), los contenidos. En un libro, a no ser que sea por causa de su deterioro lo que se escribió hace cien años es lo que se lee hoy. Lo escrito puede ser mucho más complejo que lo memorizado, con lo que la calidad y la cantidad de lo que se transmite de una generación a otra, de una cultura a la siguiente, aumenta por acumulación y por adaptación. El libro, como soporte de lo escrito, modifica la cosmovisión de cada generación.

En este sentido el libro sirve para leer, para ser leído. Es una herramienta, un instrumento un medio material de transmisión de medios inmateriales. Tiene un componente físico y un componente psíquico. Es el soporte de un sistema de signos, pintados, manuscritos o impresos que configuran una obra, que trata del tema, o de la idea, que sea, con la extensión y la profundidad que sea. Los signos que muestra cada obra son códigos de información, más o menos complejos, pero comprensibles a partir de un aprendizaje previo.

A partir del año 1971 la definición de libro cambió como nunca antes. Michael Hart comenzó su Proyecto Gutemberg.