En realidad las mentiras en los medios de información son un producto con una larga historia en las distintas comunidades, (el ágora y los mentideros, por ejemplo, eran medios de información), pero con Internet, y la ayuda de los principios del marketing, la publicidad y la comunicación de masas se ha renovado y ha difundido su alcance a nivel planetario a una velocidad impensable hace, tan solo, unas pocas décadas.
Su aspecto puede ser periodístico y se pueden difundir desde portales Web de noticias, prensa escrita, radio, televisión, pero también se generan y esparcen en las redes sociales y los canales de vídeo on line. En general son intencionadas, pero se dan casos de falsedades y bulos de origen humorístico o azaroso, (aunque estás no son noticias falsas, sí que provocan desinformación y en algunos casos son tomadas como verdaderas a pesar del contexto bien definido en que se emiten). Es importante, pues, distinguir entre una noticia que se publica sabiendo que es falsa, entre la "creación y difusión deliberada de información que se sabe es falsa" y una equivocación o un error, la "difusión involuntaria de información falsa", (Wardle, 2017).
Sus objetivos nunca son explícitos, definidos y no están claros, en apariencia. En general se busca, de manera indirecta, desinformar y engañar, desprestigiar a personas o instituciones o, simplemente, generar "ruido mediático". Se busca crear opiniones erróneas, manipular a los receptores de las noticias para modificar sus decisiones de actuación, de manera principal, en el ámbito económico, (para inducir al consumo) y en el político, (para condicionar la intención de voto).
En esencia la mecánica de la cuestión consiste en presentar mentiras como si fuesen verdades, virtualidades como si fuesen realidades. Curiosamente, los medios considerados "de prestigio", los profesionales "serios" del periodismo, la prensa institucional, las consideran una amenaza, quizá porque son conscientes de que suponen una competencia directa a su labor, que ellos catalogan como informativa, cuando en realidad también consiste en crear, y desmontar, estados de opinión.
En su articulo "Noticias falsas. Es complicado" Claire Wardle, habla de un "ecosistema completo de información", que crea y difunde diferentes tipos de contenido: sátira o parodia; conexión falsa, (falta de exactitud en lo que resumen los titulares y el cuerpo de la noticia); contenido engañoso; contexto falso, (que rodea una noticia verdadera); contenido impostor, (suplantación de las fuentes); contenido manipulado, (de textos e imágenes); y, por último, contenido directamente inventado, (Wardle, 2017).
Tenemos así, que hay, circulando a través de las TICs informaciones falsas introducidas intencionadamente que benefician o perjudican, en mayor o menor grado, a las personas y sus intereses. Por eso las TICs, como en ocasiones los libros, se pueden convertir en instrumentos básicos de adoctrinamiento y manipulación de los instintos y los deseos de los humanos, para el beneficio y el dominio de unos sobre otros. Se abre desde aquí la puerta al imprescindible estudio de la mentira como un fenómeno antropológico, histórico y sociológico. Pero ese es otro capítulo.
Referencias:
Etymology Corner - Collins Word of the Year 2017:
https://www.collinsdictionary.com/word-lovers-blog/new/etymology-corner-collins-word-of-the-year-2017,400,HCB.html [Consulta: 17/03/2018]
Fundéu:
https://www.fundeu.es [Consulta: 17/03/2018]
Wardle, Claire (2017). "Noticias falsas. Es complicado" First Draft. [En línea] <https://es.firstdraftnews.org/2017/03/14/noticias-falsas-es-complicado/> [Consulta: 17/03/2018]
Wikipedia:
[En línea] <https://es.wikipedia.org/wiki/Fake_news> [Consulta: 17/03/2018]
Imágen: Infografía de la campaña desarrollada por la International Federation of Library Associations and Institutions (IFLA).