Los censores son tan protagonistas de la historia de la cultura como lo son los autores y los lectores. Las principales víctimas de la censura en el mundo editorial fueron, y aún son los escritores, los poetas, novelistas, dramaturgos, los periodistas, y en el arte los creadores, artistas plásticos, músicos y cineastas que tuvieron que poner anteojeras a su inspiración, y que tuvieron que soportar la mutilación o la prohibición de sus obras. Se dejaron de publicar, y es probable que de escribir, sin duda, un buen número de libros y, por contra, se publicaron otros tantos absolutamente banales. Como siempre, más allá de los propios autores, los principales damnificados de este ataque a la inteligencia fueron los millones de individuos anónimos, potenciales lectores que no leyeron.
Al parecer desde que se popularizo el uso de las TICs todo esto se acabó. Internet se asocia con el relato colectivo de la libertad compartida por hombres y mujeres a través del tiempo y el espacio. Por fin se puede decir públicamente lo que sinceramente se piensa y es posible ponerlo por escrito, (en 140 caracteres o en enciclopedias enteras). Por fin podemos decir públicamente a quien amamos y a quien odiamos. Podemos dejar a otros que lean nuestras ideas, o quejas sin ser silenciados o perseguidos por ello.
Pero, ¿de verdad se acabó la censura?
La configuración original de una red de comunicaciones militares que quería ser descentralizada para evitar el control, o la destrucción, de un único centro de mando por parte de un hipotético enemigo ha evolucionado, en poco tiempo, una red pública civil de información y conocimiento, de naturaleza descentralizada, muy difícil de controlar. Al menos en apariencia. Es cierto que Internet no está en manos de ningún gobierno, ni de ninguna empresa, pero no es cierto que no esté regulada. Hay, lo estamos viendo cada día, multitud de organismos que ejercen, (o lo intentan), control, (o censura), sobre las informaciones que circulan de múltiples formas.
Las estructuras básicas de Internet a nivel mundial las controla la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números (Internet Corporation for Assigned Names and Numbers) ICANN, que asigna nombres y números, las “direcciones” de las máquinas, de contacto de cada uno de los equipos que manejan los usuarios de la Red. Son direcciones únicas que requieren de coordinación para evitar el caos, a base de estabilidad e interoperatividad. No se trata de controlar los contenidos de Internet ni los accesos pero sí, los nombres de dominios, las direcciones IP (Protocolo de Internet) y de los sitios en la red. Es una sociedad sin fines de lucro con uno estatutos muy particulares, porque está formada por muchas comisiones que administran diferentes aspectos. Hay que tener presente el poder de una corporación capaz de suspender íntegramente los nombres de los dominios como lo hizo en los casos de Iraq o Afganistan. Países como China, o la Unión Europea no están muy de acuerdo con el exceso de intervención en sus comisiones por parte de los EE.UU. como ocurre con la Internet Assigned Numbers Authority, IANA, la verdadera entidad que supervisa la asignación global de direcciones IP, sistemas autónomos, de nombres de dominio DNS y otros recursos relativos a los protocolos de Internet.
El Worl Wide Web Consortium (W3C), de manera alternativa y para asegurar el buen funcionamiento de la red, es un organismo diferente del ICANN y se ocupa de fijar las normas de las tecnologías más comunes en Internet (por ejemplo el lenguaje HTML). Su gestión la realizan conjuntamente expertos de varios países más independientes de la esfera de influencia del Departamento de Estado de los EE.UU. Liderados por Tim Berners-Lee 🎓, trabajan conjuntamente para desarrollar estándares, protocolos y pautas que aseguren el crecimiento futuro de la Web.
A nivel nacional, para muchos países, los problemas vienen a partir de las infraestructuras. La Red depende de cables, de tendidos submarinos o subterráneos, de las relaciones o los conflictos con países vecinos o, de las decisiones arbitrarias e interesadas de las empresas privadas de suministro.
De está manera los gobiernos de algunos países tienen la posibilidad técnica de bloquear o de censurar Internet. En el año 2011, Egipto, por ejemplo, cortó casi instantáneamente el acceso a la red presionando a los proveedores de servicios de Internet, ISP, (Internet service provider), durante las manifestaciones que precedieron a la caída de Mubarak.
Luego están los países que ejercen un estricto control sobre la red. En muchos países de gobiernos autoritarios se bloquean los protocolos vitales de intercambio de información, suprimiendo así contenidos contrarios a las leyes nacionales. Pero también en los países llamados democráticos existen restricciones. En Francia, la ley que regula el juego y las apuestas on line permite cerrar los sitios que no han sido registrados por ley. En Australia, un extenso proyecto de "filtrado" de información ha sido rechazado en varias oportunidades por dificultades técnicas y políticas. Lo de España con sus leyes contra el "enaltecimiento del terrorismo", o contra los "delitos de odio", lo podemos ver cada día en la prensa. Por supuesto estos sistemas de filtrado se pueden sortear, pero, en la práctica, las formas de evitarlos suelen ser bastante complejas.
La organización Reporteros sin Fronteras, (RSF) elabora un informe de los países “enemigos de internet” o “bajo vigilancia”. Esta organización de defensa de la libertad de expresión publica anualmente la lista de los países que censuran Internet. China, Birmania e Irán ejercen una férrea censura sobre Internet y espían las actividades de los internautas. Rusia, Venezuela y Francia tienen vigentes leyes que permiten censurar parcialmente ciertos contenidos Web. Se trata solo de algunos ejemplos, la lista es más larga.
Para cada ordenador se puede controlar, además, el acceso a nivel individual. Se puede controlar el acceso de cada usuario de varias maneras. Se pueden bloquear los flujos de tráfico, se pueden desacelerar (a propósito quiero decir, no por falta de calidad técnica), se pueden filtrar las redes locales, (cuando no estamos conectados directamente a Internet), etc. Todo el poder está en las manos de los proveedores, (ISP). La "neutralidad de la Red", es el principio, la ley no escrita, por el cual los ISP y los gobiernos deben tratar el tráfico de datos de igual forma indiscriminadamente, sin cobrar a los usuarios una tarifa dependiendo del contenido al que accedan. Funciona desde que se creó la Web y, teóricamente, pretende que todas las informaciones circulen a la misma velocidad.
A causa crecimiento exponencial de la red, se ha producido una situación de saturación que los ISP exigen poder solucionar conculcando el código de"neutralidad de la Red", proponiendo dar prioridad a unos “paquetes” de información en detrimento de otros, (por ejemplo para YouTube). En los EE.UU. y en Canadá los ISP ya controlan la velocidad de las conexiones y la cantidad de datos de descarga por parte de los internautas.
Referencias:
IFLA (2015). Declaración de IFLA sobre la Neutralidad de la Red y la Tasa Cero. [En línea]:
<https://www.ifla.org/files/assets/hq/news/documents/ifla-statement-on-net-neutrality-and-zero-rating-es.pdf> [Consulta: 15/03/2018].
Leloup, Damien (2011). "¿Quién controla a Internet?". Articulo publicado en Le Monde, recogido y traducido por la web de Rebelión.org. [En línea]: <http://www.rebelion.org/noticia.php?id=135029>. [Consulta: 14/03/2018].
https://www.iana.org [Consulta: 14/03/2018]
https://www.icann.org/es [Consulta: 14/03/2018]
https://www.rsf-es.org [Consulta: 14/03/2018]
https://www.w3c.es [Consulta: 14/03/2018]
Wikipedia.org
Imágen: Patrick Chappatte (originalmente publicada en el Herald Tribune), tomada de Medum.com. [En línea]: <https://medium.com/enrique-dans/when-it-comes-to-spying-on-internet-users-who-s-out-of-step-here-9574ccd06618> [Consulta: 15/03/2018].: